La historia de Prada
Prada es una firma italiana de moda. Fundada por Mario Prada en 1913 como Fratelli Prada (en italiano: Hermanos Prada), la firma dio un giro radical con la llegada a la gerencia de Miuccia Prada, nieta del fundador, en 1978.
Bajo la dirección de Miuccia, lo que era un negocio local de piel y cuero, se convirtió en pocos años en una firma internacional de moda. La primera colección prêt-à-porter de Prada fue presentada en la temporada otoño-invierno de 1989.
La firma lanzó la colección de bajo coste Miu Miu en 1992, y adquirió Fendi a comienzos de los años 1990, firma que vendió posteriormente a LVMH en un período de dificultades financieras.
Prada también comercializa perfumes, en colaboración con la compañía española de moda Puig.
En el terreno arquitectónico, Prada ha encargado el diseño de sus nuevas tiendas en Nueva York, San Francisco y Los Ángeles al estudio holandés de arquitectura OMA/Rem Koolhaas.
La casa Prada fue fundada por Mario Prada en 1913. Dedicada a la confección y venta de baúles, bolsos, maletas y zapatos en sus dos tiendas en Milán, consiguió disponer en poco tiempo de una cartera de clientes en Europa y EE. UU. Posteriormente, con el aumento de los viajes aéreos, las maletas Prada, confeccionadas a menudo con una resistente pero voluminosa y pesada piel de morsa, no parecían ajustarse a las necesidades de los viajeros; por eso Prada se concentró en el diseño de accesorios, bolsas de mano y maletas de exquisito cuero y resistentes al agua. En 1978 empieza su etapa más decisiva. Miuccia, la nieta de Mario, entró al mando de la compañía. Miuccia Prada se había licenciado en Ciencias Políticas y además había estudiado cinco años de interpretación en el Teatro Piccolo de Milán. Aunque su preparación no parecía la apropiada, tenía un sentido estético novedoso y, según algunos, infalible. Por aquel entonces, la marca seguía produciendo principalmente artículos de cuero, y capeaba varios años de dificultades económicas. La competencia con otras firmas de moda similares, como Gucci, la había perjudicado bastante. Miuccia dio un vuelco a la situación cambiando la trayectoria de la casa, llevándola al sector del prêt-à-porter de lujo. Al tiempo, Miuccia se casaba con Patrizio Bertelli, que se encargaría de administrar el negocio, permitiendo así a su esposa dedicarse a la formulación de la nueva estética Prada.
Miuccia había estado haciendo mochilas negras impermeables desde 1970 a partir de una fibra de nailon llamada Pocone, y eso le llevó a presentar, en 1985, el que sería el clásico bolso Prada, de nailon negro, liso y sencillo. Un primer icono de la marca en su nueva etapa. Era un bolso robusto y funcional, pero con estilo propio. El alto precio con que se puso en venta parecía un reto; lo ganó: enseguida aparecieron imitaciones que consiguieron aumentar la demanda del original. En 1989 Miuccia presenta la primera colección de prêt-à-porter, con prendas de elegancia sobria en su simpleza, donde lo destacado eran las líneas limpias y los colores básicos, pero siempre con telas lujosas de gran calidad. La crítica de moda aprobó la propuesta y la popularidad de Prada subió como la espuma.
A principios de los años 1990 Prada consigue situarse entre las principales marcas de moda a través de prendas de irreprochable atractivo, nunca evidente ni facilón, y con accesorios algo osados, sofisticados y de calidad. Telas lujosas, estilos pensados pero simples; dominio de tonos propios de la naturaleza, como negros, marrones, grises, verdes y cremas; todo ello va conformando la imagen de Prada. El resultado era atractivo pero no sucumbía al “sexy-chic” que apostaba en exceso a desvelar demasiada piel.
Prada ha conseguido algo muy difícil de alcanzar, ser una marca de fama mundial y al mismo tiempo emanar un aura de exclusividad que no proviene tan solo de sus altos precios; reúne de forma emblemática los resbaladizos conceptos de "ultrachic", "alternativo", "intelectual" y "marca-tendencias" al mismo tiempo, temporada tras temporada. Prada es todo ello desde que Miuccia la hizo suya.
En 1992 Miuccia sacó a la luz la marca Miu Miu, el cariñoso apelativo que le dedicaban de pequeña. Entendida como una segunda línea de Prada, algo más económica, apuntaba a un público más juvenil o informal. Formas más sueltas, colores terrosos y estampados la diferencian de Prada, aunque los diseños simples y cierto respeto por un aspecto clásico la emparentan con la firma madre, junto con su sempiterna calidad textil.
Comentarios
Publicar un comentario